dissabte, 9 de març del 2013

Escrache o la protesta por medio el arte


Ante la impunidad, manifestaciones, pegada de carteles, performances. El escrache tiene mil formas. Incluso algunas de alto nivel artístico. De hecho, el grupo Etcétera, que se hizo conocido por sus performances en los escraches de H.I.J.O.S, ganó hace unas semanas en Bolonia el II Premio Internacional de Arte Participativo, ha dictado conferencias sobre la relación del arte con la acción ciudadana en universidades estadounidenses y, más recientemente, en la Tate Modern, en Londres.
Además, el escrache es uno de los inventos argentinos–o pseudo inventos, como lascaceroladas- que mejor se ha exportado, a los países del entorno (en Chile se lo llama funa y en Perú, roche) y ahora a España.
Aunque el espíritu del escrache es organizado y sorpresivo, en algunas ocasiones ha surgido espontáneamente. Hace muy poco uno de los miembros del gobierno de Cristina Kirchner fue increpado por decenas de pasajeros en un viaje privado en barco de Montevideo a Buenos Aires. Esto encendió nuevamente la polémica sobre si el escrache es un legítimo ejercicio de la libertad de expresión o una acción de violencia pasiva sobre las personas  y su intimidad.  Un dilema para el que hay argumentos de todo tipo y que está lejos de resolverse.
Lo que sí parece generar cierto consenso es que la sociedad puede tomar un papel activo ante las injusticias y llamar la atención sobre determinados problemas o para exigir soluciones a las instituciones.     
Por cierto, Magnacco, el primer escrachado, fue condenado años después por el robo sistemático de bebés durante la dictadura. Y hace cerca de un mes fue grabado por miembros de H.I.J.O.S. mientras iba de tiendas, violando el arresto domiciliario. Sus beneficios fueron revocados y volvió a la cárcel.

1 comentari: